1 En China: decimoquinto día

La estadía en Guangzhou finalizaba este día, así que en la mañana el bus me llevaría al Puerto Panyu Lianhuashan para abordar un ferry.  En el puerto, llegaba la hora de las despedidas y agradecimientos; un muy buen trato por parte de los guías, un acompañamiento permanente, muchas anécdotas e historia y un montón de recuerdos y aprendizajes hicieron parte del recorrido por China continental.



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Panyu Lianhuashan

Creo que era la primera vez que usaba un transporte de éstos para cubrir la distancia entre dos ciudades, así que me llamó la atención algo, que para el resto de pasajeros chinos era un recorrido muy común; a una buena velocidad, sentado a veces es una cómoda silla u otras veces caminando por los pasillos, aprovechaba las dos horas de duración del viaje para contemplar por las ventanas los paisajes que se veían en el río Perla, su delta y la desembocadura al Mar de China hacia el sur.  Me sorprendió la cantidad de barcos que navegaban por la zona, desde pequeñas embarcaciones hasta gigantescos transportes llenos de contenedores; a lo lejos, en las costas se veían grandes plantas generadoras de energía, y mientras que el barco me acercaba al destino, también se empezaban a ver los altos y largos puentes vehiculares que caracterizan a esta región.

La llegada a Hong Kong (香港), pasado el mediodía, la hacía contemplando las altas estructuras de vidrio y los rascacielos.  Las diferencias entre esta ciudad y las anteriores empezaban a ser evidentes.  La historia de esta urbe en los dos últimos siglos ha sido complicada: guerras del opio, acuerdos y desacuerdos, plagas, ser colonia británica en un enclave asiático y demás hicieron que su desarrollo fuera algo atípico.  La devolución a China por parte del gobierno inglés en 1997 fraccionó nuevamente su tradición, hecho al cual muchos se opusieron, pues ya estaban acostumbrados al tipo de vida occidental, la solución propuesta para esta integración y reunificación de la nación fue el sistema de “un país, dos sistemas” que básicamente postula que las regiones especiales de China, como Hong Kong y Macau, pueden conservar sus sistemas políticos y económicos, como el capitalista.

El recorrido de mediodía por la metrópoli iba a ser una jornada a la carrera.  Luego de arribar al puerto, lo siguiente era registrarse en el hotel; el Harbour Plaza 8 Degrees está ubicado muy cerca de lo que fuera el antiguo aeropuerto que servía a la ciudad:  el Kai Tak (啟德機場), éste fue cerrado en 1998, pues las condiciones de despegue y aterrizaje de la zona no eran las ideales, ya que la pista estaba rodeada de cientos de edificios y el creciente tráfico aéreo había maximizado el factor de riesgo.  Volviendo al hotel, su dueño tiene una obsesión con los números, en especial con el ocho, que según las tradiciones chinas significa prosperidad y buena fortuna; la temática del hotel gira en torno a este número, es así que, por ejemplo, muchas cosas dentro de la estructura tienen una ligera inclinación de ocho grados (la recepción del hotel la tiene, y a primera vista puede causar mareo por la curiosa forma como está diseñada, los ascensores también sufren de la inclinación en su decorado interior y en el comedor, platos, cubiertos y vasos hacen parte de este juego geométrico). 


Ver mapa más grande - Hotel Harbour Plaza 8 Degrees

Grandes proyectos están diseñados para la franja en la que se encuentra el hotel, uno de ellos es reemplazar el antiguo aeropuerto por un puerto para cruceros de lujo, así que en varios años la estrategia del dueño tendrá sus resultados y será uno de los pioneros en ofrecer a los turistas marítimos un alojamiento muy cerca de su desembarco; pero tendrá que pasar algún tiempo y mientras, toda la zona se encuentra muy alejada del centro de la ciudad, y rodeada de edificios que no están en su mejor estado y que no llaman mucho la atención para caminar.


La inclinación es del hotel, no del fotógrafo - Hotel Harbour Plaza 8  Degrees, Hong Kong, China.


Ya en el bus, la primera parada es cerca de un canal de un río, allí el atractivo es tomar un barco, como el de los pescadores del lugar, y realizar un recorrido de aproximadamente 15 minutos por la zona; entre los modernos yates también hay barcazas de madera que sirven de vivienda a estos trabajadores del mar, y que según cuentan algunos, casi nunca se bajan de ella para estar en tierra firme.

Luego, una parada cultural en un templo conocido como “de los pescadores” o santuario Kwun Yam en Repulse Bay, es un sitio en el cual confluyen las doctrinas confucionistas, laoistas y budistas; la entrada está construida de tal forma que las personas deben agachar la cabeza para fijarse dónde pisan y de esta manera es como si estuvieran inclinando la cabeza en señal de respeto.  Las estatuas que decoran el lugar son coloridas y llenas de detalles; la playa en la cual remata este sitio también es un parque lleno de naturaleza y donde se ven muchos extranjeros que vienen a pasear con sus hijos.  Alrededor de este terreno se ven grandes edificios con diseños extraños, como consecuencia de tener que soportar los tifones que los azotan cada año y que les obliga a construir estructuras que sean capaces de soportar los embates de la naturaleza.


Ver mapa más grande - Templo de los pescadores
Hong Kong se comunica con la península de Kowloon, principalmente a través de túneles; una de las historias que lanzó la guía (que por cierto era muy “alocada” o hiperactiva como dirían algunos) para este mediodía de recorrido en la ciudad es que cuando uno de los túneles fue construido, los chinos le preguntaron a los ingleses sobre cómo ensayarían si el paso aguantaría, a lo que los ingleses respondieron que “el túnel era para los chinos, mientras que ellos seguirían seguros cruzando por el mar”.  Otra historia tenía que ver con la gran importancia que tenían los números para ellos y que por eso los más pudientes desembolsaban grandes cantidades de dinero para hacerse a una dirección, teléfono o matrícula que tuviera el número ocho ojalá en cantidad; que la prueba más fehaciente de esto es que antes la empresa fabricante de autos, Audi, no vendía muy bien porque su logotipo eran cuatro anillos (este número es considerado de mala suerte porque se asocia a un sonido similar al que produce la palabra “muerte”) y que la suerte de la compañía cambió cuando duplicó el número de anillos (dos juegos de cuatro, adelante y atrás) para lograr sumar ocho.


Espectacular dragón en el Templo de los pescadores - Repulse Bay, Hong Kong, China.


Otro tema del cual habló es que los chinos fueron educados con multas por parte de los ingleses:  no escupir en la calle, no fumar en lugares públicos, no alimentar aves en ciertos parques, etc. son parte de las normativas que, de ser incumplidas, acarrean sanciones con altas sumas de dinero de por medio.  Los buses llevan siempre las ventanas cerradas, pues antes, mientras los ingleses hacían filas, los chinos se trepaban a través de ellas y accedían más rápidamente, dejando sin puesto a los que esperaban.  La guía también comentó que la gran mayoría de la población china vivía casi en un estado de hacinamiento y las familias que trabajaban repartían sus turnos, de esta manera, mientras unos estaban afuera otros ocupaban sus camas para descansar.  Los edificios de 25 pisos no poseen ascensor, así que esto les sirve para tener buena memoria, ya que alguien que viva en lo más alto no olvidará algo para tener que devolverse.  Ciertas o no, estas historias fueron un ingrediente más en el paseo y sirvieron para ver muchas cosas con otros ojos.


Vista desde la Cumbre Victoria - The Peak, Hong Kong, China.


El ascenso a la Cumbre Victoria (太平山) era la próxima escala, ubicada aproxidamante en la mitad de la isla, permite tener una excelente visión de la ciudad y de sus grandes edificios; mientras iniciaba la subida en el bus hacia la cumbre, la guía explicó que las propiedades que rodeaban el sector eran las más apetecidas y que, en general con cualquier terreno de la región, se debe pagar una matrícula que se renueva cada 20 años y que, en caso de no hacerlo, se pierde el título sobre la tierra; divisé una lujosa casa que estaba siendo demolida pues nuevos dueños habían adquirido un nuevo registro, lo que da una idea de la cantidad de dinero que se mueve en los inmuebles de Hong Kong. 


En lo más alto de la isla, el paisaje hasta donde alcanza la vista es para quedarse sin palabras; también lo es el comercio que se puede encontrar allí arriba y la gran cantidad de mansiones en las faldas de la montaña que se apilan para formar una vecindad llena de riqueza y un gran contraste con la aglomeración de los vecinos del frente en la península; afortunadamente, en las 48 horas que estuve en la antigua colonia británica, el clima fue benévolo y permitió disfrutar un poco más la visita.


Ver mapa más grande - Avenida de las Estrellas

Ya de noche, el último evento de la jornada sucede en la Avenida de las Estrellas, donde es posible ver al frente la isla Hong Kong y disfrutar una sincronía de luces y música, con los rascacielos como actores de este espectáculo, algunas de estas estructuras son el 2 International Finance Center (國 際 金 融 中 心) y la Torre del Banco de China (中银大厦); miles de personas se reúnen para ver esta demostración de un poco menos de 15 minutos, una zona muy concurrida pero con la mejor panorámica de esta gran ciudad. 

Vista nocturna de la ciudad - Rascacielos Hong Kong, China.
 
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1 comentario:

Guillermo Alberto dijo...

Despedidas en #Guangzhou y un ferry a #HongKong para visitar Repulse Bay, The Peak y otros lugares más, día 15 en #China http://t.co/oD3RH8i