1 En China: decimotercer día

La primera parada en la agenda era la “Colina de la trompa de elefante” (象鼻山), ubicada en un sector céntrico de la ciudad y bañada por las aguas del río Lí, es considerada una de las principales atracciones de Guilin y símbolo de ésta. 

 
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La formación rocosa que se asemeja a la cabeza de un elefante emergiendo a través del agua está ubicada cerca de un parque, dedicado a los elefantes.  En la entrada se encuentra un mural tallado que muestra cómo ha sido la evolución de este animal a lo largo de millones de años.  Más adelante existe una pequeña zona dispuesta con estatuas de elefantes, un poco caricaturescos, que simulan estar tocando instrumentos y hacer parte de una banda musical.  Como en la mayoría de ciudades de China que visité, la vida pública es desinhibida y pude apreciar a muchos ciudadanos realizando actividades al aire libre, como jugar cartas o realizar algún tipo de ejercicios, sin importarles la presencia de los turistas.

Aspecto general de la "trompa de elefante" - Guilin, China.

El negocio de fotografiarse frente a la colina tiene mucha demanda, así como también posar junto a mujeres con trajes típicos de la región; además por unos cuantos yuanes, quien lo desee puede tomarse fotos con los cormoranes y pescadores.  Los más arriesgados agarran un remo de la lancha y hacen equilibrio con dos pájaros de éstos en los extremos, mientras algún compañero de travesía trata de enfocar su cámara para lograr tomar una fotografía para la posteridad.

La “Cueva de la flauta de caña” (芦笛岩) es otra atracción natural de esta región del sur de China.  Está llena de mucha historia pues cuenta la guía local que sirvió de refugio a los lugareños durante los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial y porque también fue escenario de un concierto al cual asistió Richard Nixon en la década del setenta (en su momento, este expresidentes de Estados Unidos quedó maravillado con la ciudad y la visita a China fue el comienzo de muchas cosas que impulsaron al país asiático hacia el mundo moderno).

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La cueva está llena de estalactitas y estalagmitas, que junto con una dedicada y original iluminación le dan vida a estas piedras, simulando diferentes figuras:  ciempiés, pagodas, hombre de nieve, hongos, “el palacio de cristal del rey dragón”, un bosque primitivo, un "león que alza su cabeza y se despide de los visitantes", entre muchas otras, engalan este recorrido bajo la superficie de casi medio kilómetro y con una duración de 40 minutos; una caverna como otras tantas que puede haber en el mundo, pero que ha sido convertida en un imán para los turistas y una gran fuente de ingresos para las finanzas de la región; un lugar que invita a ser disfrutado y poner a prueba la imaginación identificando las diferentes estampas en las paredes, techos o pisos; un recorrido para recordar y otra muestra más de que con poco se puede realizar mucho.

La iluminación y la imaginación reunidas para formar bellas figuras - Cueva de la Flauta de Caña, Guilin, China.

La especialidad de Guilin es la perla de agua salada, mucho más escasa, y por consiguiente de más valor comercial, debido a que solo se obtiene una por ostra (a diferencia de las cultivadas en agua dulce de las cuales se logran varias); así mismo son más resistentes, durables y de mejor acabado.  La tienda oficial a la cual asistí es conocida como el “Museo de la Perla del Sur de China” y el recibimiento para los visitantes es con un desfile de modelos, en el cual ellas lucen las mejores joyas fabricadas con este tesoro de la naturaleza.  Luego de esto viene el ya conocido “tira y afloje” entres los compradores y vendedores para lograr comerciar alguna mercancía, en el cual ambas partes salgan beneficiadas; unos disfrutando sus dólares o yuanes, y otros con sus regalos para sus seres queridos en casa.

Así terminaba el día en esta ciudad natural, un nuevo vuelo esperaba hacia la próxima capital y los dos días de un turismo diferente, el ecológico, habían acabado. 

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